Comercio ambulatorio e informalidad

Para un mejor entendimiento del tema, es importante comprender algunos conceptos asociados con el comercio informal. En primer lugar, la palabra comercio, según la RAE, se define como el intercambio o compraventa de bienes y servicios. En nuestra economía, tanto el comercio formal como el informal desempeñan papeles fundamentales. Por un lado, Céspedes (2012) nos explica que el comercio informal es un tipo de comercio que carece de estructura, puesto que este no se rige por leyes que regularicen las actividades comerciales. Por otro lado, González (2011) señala que el comercio formal es la transacción de productos que se rigen en la ley y los reglamentos, los cuales regulan el buen funcionamiento y desarrollo del mismo. En segundo lugar, la palabra mercado, según Arboleda, citado por González (2011), se conceptualiza como el lugar en el cual las fuerzas de la oferta y la demanda coinciden para establecer un precio único y, por ende, la cantidad de las transacciones que se vayan a realizar. Por una parte, en el caso del mercado formal, aportar tributos es un requisito indispensable. De acuerdo con la SUNAT, el tributo es una prestación obligatoria que el Estado exige para así poder financiar los gastos públicos y buscar una economía más eficiente. Este mismo se clasifica en impuestos, contribución y tazas. Por otra parte, con respecto al mercado informal, este no respeta los reglamentos ni las leyes anteriores. Es decir, la mayoría de los comerciantes de esta categoría pagan una serie de cupos a fin de seguir trabajando. Según la RAE, la palabra cupo se define como “porción de lo general “. Por lo tanto, ellos otorgan una parte de su ganancia a las mafias, quienes al recibir su comisión les permiten laborar en un espacio establecido.

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