Actualmente, en la ciudad de Lima, se ha visto un incremento notable del empleo informal. De acuerdo con el INEI, lo anterior se evidencia en el estancamiento del empleo formal, pese a que se obtuvo un crecimiento económico de alrededor del 4% el año pasado. Dicho estancamiento se produjo debido a que el crecimiento del PBI no ha sido suficiente para reducir la informalidad. Ello demuestra que la tasa de empleo informal en el ámbito nacional aún no se ha tratado de manera eficaz. A continuación, en este texto, se explicará cómo el crecimiento económico de un país influye en la informalidad laboral.

 

La informalidad laboral ha incrementado debido al escaso crecimiento económico que, en este caso, nuestro país presenta. Freije (2002) sustenta esta idea al decir que ello se ve reflejado en el incremento de empleos informales de baja productividad y bajas remuneraciones. En primer lugar, un factor relacionado con la problemática es el aumento de la población. De acuerdo con un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), su vínculo se da a través del flujo de corrientes migratorias, definido como el movimiento de la población de un lugar a otro durante un período de tiempo. Por un lado, el incremento de la inmigración extranjera a nuestro país se ha maximizado. Este es el caso de las personas provenientes de Venezuela. Ellos tuvieron que emigrar a otros destinos para buscar una alternativa de autosustento, ya que se han quedado sin oportunidades de acceder a una remuneración económicamente estable en su país. Según datos publicados por el INEI, 549 807 venezolanos ingresaron el año pasado entre los meses de enero y agosto. Dicha cifra equivale al 24.6% del total de extranjeros inmigrantes en nuestro país. Lo anterior está relacionado con el empleo informal, puesto que dichos inmigrantes al no tener la facilidad de obtener un empleo, ya sea por no tener todas sus documentaciones en regla, tienden a buscar fuentes de sustento temporales. Por ejemplo, muchos de estos inmigrantes, actualmente, trabajan en las avenidas más concurridas de La Victoria como ambulantes. Por otro lado, el incremento de la migración interna también está asociado al empleo informal. Según Arqué (2005), muchas personas migran del campo a la ciudad, debido a que la remuneración que se les otorga por su labor en el sector agropecuario es poco rentable para mantener a sus familias. Por ello, al llegar a las ciudades, tienen que dedicarse a comerciar. No importa si el empleo ofrecido se encuentra dentro del sector informal, ya que buscan generar una actividad que les permita ganar una subsistencia mínima. En segundo lugar, otro factor relacionado a la problemática es la presencia de mano de obra no calificada. Es la parte de poco valor y menos técnica de la fuerza laboral. Es más, abarca gran parte del mercado laboral de nuestro país. De acuerdo con Freije (2002), cuando las empresas formales enfrentan altos costos operativos relacionados con impuestos y otras regulaciones, se les es difícil mantenerse lucrativas. Por lo tanto, recurren a la mano de obra barata para crecer. Otra forma de evitar dichos costos es falsificando información sobre la cantidad de trabajadores de dichos establecimientos. De este modo, forman parte de la informalidad laboral. Por último, el factor más preocupante es la deficiencia en las políticas macroeconómicas de nuestro país, definidas como medidas de intervención del gobierno para lograr una buena administración económica. A menudo, el gobierno genera políticas prometedoras vinculadas a este rubro. Sin embargo, al momento de realizarlas, estas no logran sus objetivos. Ball (1999) considera que la economía informal es la manifestación de la incapacidad del gobierno para generar reglas que faciliten las transacciones económicas. Como ejemplos tenemos regulaciones y controles que entorpecen dichas actividades y, la incapacidad gubernamental para hacer cumplir la ley. Claramente, son estímulos para una informalidad creciente.

 

En síntesis, el escaso crecimiento económico de nuestro país está vinculado al aumento de la población, a la abundancia de mano de obra no especializada y a la deficiencia de sus políticas económicas. Para finalizar, esta problemática no será solucionada hasta que se evidencie una gobernanza eficaz, capaz de controlar la informalidad. Por ello, se recomienda que al momento de generar políticas para solucionarlas, estas tienen que estar previamente planificadas, organizadas y ser prácticas, para que al momento de ejecutarlas sean exitosas.